El Gobierno prepara más ayudas al sector financiero por un importe aproximado
de 50.000 millones. Según fuentes del sector, éste será el dinero que tendrá
que dispensar a los grupos que se queden con Novagalicia, CatalunyaCaixa y
Banco de Valencia -las dos últimas inician el proceso este jueves-.
De esta manera, el coste del
saneamiento casi duplicará las estimaciones realizadas por el Ministerio de
Economía en su reforma para limpiar los balances de activos tóxicos del
sistema, con el objetivo de recuperar la confianza de los mercados.
Las exigencias de los fondos
extranjeros para entrar en Novagalicia han confirmado las peores expectativas
de los expertos y adelantan un coste muy superior del previsto para el proceso
de fusiones. Distintas firmas de capital han exigido un Esquema de Protección de
Activos (EPA) que cubra pérdidas por importe de unos 27.000 millones de euros.
La cifra es superior a la de la CAM, pero marca el camino para las peticiones
que se realicen en las dos subastas que se avecinan para antes del verano.
Fuentes del mercado sostienen que
CatalunyaCaixa, con un tamaño similar al de Novagalicia, cuenta con un agujero
parecido. Si bien, estiman que las ayudas que pidan los postores se situarán
por debajo, pero no demasiado. Entre los candidatos a hacerse con la antigua
caja catalana se encuentran el Santander y Kutxabank, además de BBVA. La
adjudicación de Banco de Valencia también supondrá la entrega de ayudas, pero
muy inferiores. Éstas podrían alcanzar unos 5.000 millones como mucho.
Opciones sobre la mesa
Opciones sobre la mesa
¿De dónde saldrá el dinero? Esta es la
gran cuestión que el Ejecutivo está analizando para resolver cuanto antes el
cierre de la reestructuración del sector. Sobre la mesa hay distintas opciones
después del rechazo frontal realizado por los bancos para que éstos hagan
derramas o aportaciones adelantadas al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Las alternativas que maneja ahora
Economía pasan por un endeudamiento, o bien del Frob o bien del FGD. La primera
opción no es la preferida por el Ministerio, ya que pondría en peligro el objetivo
del déficit. Por eso estudia la posibilidad de que sea el FGD quien emita deuda
para costear estas ayudas. Incluso se plantea la posibilidad de que sea el Frob
quien preste dinero al FGD, a cambio de una rentabilidad. Esta fórmula podría
instrumentalizarse a través de bonos convertibles en acciones (CoCos). Y
también existe la posibilidad de crear uno o varios bancos malos para los
activos problemáticos.
El Gobierno tiene que encontrar una
rápida solución a este problema, ya que los mercados están solicitando que se
cierre cuanto antes el proceso de fusiones.
Entre las opciones que baraja el
Ejecutivo para financiar el saneamiento de la banca no está la solicitud de una
ayuda al fondo de rescate europeo. Hace poco más de una semana un funcionario
de la UE recordó esta posibilidad y consideraba que era la alternativa más
factible para recapitalizar las entidades españolas y que éstas pudieran estar
en condiciones de dar crédito, con el fin último de contribuir a la
recuperación económica.
Hasta que no se decida cómo y quién va
a financiar las ayudas, las subastas están paralizadas, aunque se hayan
adelantado las previsiones para la puja de CatalunyaCaixa e, incluso, la de
Novagalicia, en caso de que no entren los inversores privados, para antes de
las vacaciones de verano.
El Banco de España ha tenido que
retrasar en cuatro ocasiones el inicio del plan de venta de Banco de Valencia.
El sector espera que en los próximos días se reparta el cuaderno para que las
entidades analicen sus números y puedan presentar sus ofertas. El Popular y BMN
parten como favoritos, pero todo dependerá de las ayudas que se soliciten.
El FGD cuenta con recursos escasos
para atender las posibles peticiones de los candidatos a hacerse con la entidad
valenciana.
[ElEconomista]
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