Australia continua su “lucha” por intentar superar el control autoritario sobre la población que ejerce los Estados Unidos. Los dos países parecen estar compitiendo para ver cual logra erradicar los derechos de sus ciudadanos más rápido.
Australia al parecer ha tomado la delantera momentáneamente con su última propuesta, al prohibir viajar a todas aquellas personas que se nieguen a someterse a los escaneo de microondas de cuerpo completo que han demostrado ser una invasión inaceptable de la privacidad, así como una auténtica amenaza para la salud.
La lista de alegatos que dio a conocer el gobierno australiano a través de su “Comisión de Privacidad” llamada Orwelliana, se asemeja a las falsas garantías que debate la TSA de Estados Unidos: los pasajeros no aparecerán desnudos, y las imágenes se desecharán. Sin embargo, no se mencionan los inevitables efectos negativos acumulativos (en especial en los niños) al recibir esas inmensas dosis de Radiación obligatoria, cada vez que uno ejerce su derecho a viajar en avión.
Anthony Alabanese, Ministro de Transporte de Australia, dice sin poder sustentarlo, que…
…El público entiende que vivimos en un mundo en donde hay amenazas a nuestra seguridad y que la experiencia demuestra que quieren paz mental que provenga de saber que el gobierno está haciendo lo más que puede.
Añadiendo como buena medida que,
Para que esta tecnología sirva eficientemente, obviamente no puede existir la posibilidad de que se rehúsen a ello.
¡Obviamente!
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